La pasta térmica es ese pequeño detalle que muchos pasan por alto, pero que puede marcar una gran diferencia en el rendimiento y la vida útil de tu procesador. En este blog te explicamos cuándo y por qué conviene cambiarla.

 

¿Qué es la pasta térmica?

Es un compuesto viscoso que se aplica entre el procesador (CPU) y el disipador para mejorar la transferencia de calor. Su función no es enfriar por sí sola, sino eliminar microespacios de aire que dificultan el contacto térmico.

 

¿Por qué es importante?

Sin una buena pasta térmica:

• La temperatura del CPU sube más de lo normal.

• El rendimiento baja por throttling térmico.

• Se acorta la vida útil del procesador.

• En casos extremos, puede haber apagones o daños permanentes.

 

¿Cuándo conviene cambiarla?

No hay una fecha exacta, pero sí señales claras:

Situación ¿Conviene cambiarla?
Desmontás el disipador Siempre que lo hagas
Notás subidas de temperatura Puede estar seca o mal aplicada
Pasaron más de 2 años de uso intenso Recomendado
Usás metal líquido Cada 3–5 años (con cuidado)
Armás una PC nueva Aplicación inicial correcta

 

También influye el tipo de pasta: las cerámicas duran menos, las de carbono o metal líquido más. Y si vivís en zonas calurosas o con polvo, el mantenimiento debe ser más frecuente.

 

¿Cómo se cambia correctamente?

1. Apagá y desconectá la PC.

2. Retirá el disipador con cuidado.

3. Limpiá los restos de pasta vieja con alcohol isopropílico y un paño sin pelusa.

4. Aplicá una pequeña cantidad (del tamaño de un grano de arroz) en el centro del CPU.

5. Volvé a colocar el disipador, asegurando presión uniforme.

 

Conclusión

Cambiar la pasta térmica no es algo que debas hacer cada mes, pero tampoco conviene olvidarlo por años. Si notás que tu CPU calienta más de lo normal, o si estás haciendo mantenimiento, es el momento ideal. En GameShop podés encontrar pastas térmicas de calidad y herramientas para hacerlo fácil y seguro.

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